Da igual que anoche salieses de marcha y no bebieses. No vas tú sólo por la carretera, así que vete a saber qué puede pasar.
Te puedes pasar la vida con alguien, y cuando de repente, algo cambia y todo se tuerce. Alguien en quien confiabas se convierte en una persona extraña, ajena a tu vida, incluso antagónica a la que fue.
Qué más da que durante años hayas cuidado tu alimentación, te puede dar un virus de estómago y pasarte el día visitando el trono.
Y qué decir del tabaco, el alcohol, las drogas...reduces posibilidades, pero no las eliminas.
Igual será mejor no salir de casa, no comer, no beber, incluso no dormir, porque como venga un temporal te tira la casa y ahí te quedas, en el sitio.
Cada día somos carne de cañón. Después de leer todo lo que he puesto, pueden suceder varias cosas:
a. Te hagas monja/monje de clausura y decidas preservar tu vida dentro de las cuatro paredes de tu celda. En este caso, comprueba que la estructura es resistente y que no estás en una zona tropical frecuentada por huracanes.
b. Que decidas vivir a todo tren y consumas de todos, te cuides lo mínimo o nada, y pases cada día como si no hubiese mañana. Así al menos tendrás claro que queda poco para ese día en el que realmente no habrá mañana.
c. Que tomes como lema el del título. Que si pasa algo, las cosas cambian (a mejor o a peor), que siempre tengas una excusa para ti mismo, una justificación mágica con un peso aplastante, capaz de acallar la decepción más grande, QUE ME QUITEN LO BAILAO.
Creo que me regiré por este último: lo de la clausura no me va y la abstinencia tampoco, y en el caso b. moriría antes de pobreza que de intoxicación y/o enfermedad asociada, y no me apetece.
No quiero que esto sea un llanto,ni un decálogo para reprimidos. Tampoco es un canto a la vida loca y el desenfreno. Es más bien una llamada de atención a la realidad, y si alguien lo quiere ver así, una aceptación pública por mi parte de que algo parecido al destino debe existir. Los últimos hechos demuestran por sí solos que no todos nuestros actos definen el camino que nos toca vivir, algo de aleatoriedad hay. Así que a partir de ahora, cuando algo salga mal, espero tener mi argumento listo...
1 comentario:
Cada día somos carne de cañón. Gran frase. En este tema creo que se nota mucho la influencia de pertenecer a una generación o a otra: no sé cuantas veces mis abuelos me habrán dicho "para qué vas a irte allà, què necesidad tienes", o "quédate en casa que por ahí a esas horas no te encontrarás bueno"... por eso cuando viajaba o me preguntaban si iba a salir esa noche, o no se lo decía o les decía que no, para que no sufrieran. Aunque la verdad es que me sorprendió lo bien que se tomaron el que me fuera de Erasmus.
"Que me quiten lo bailao" es una frase que yo me digo mucho, cuando por hacer algo fallo en otra cosa. Pero supongo que la uso pra autoconvencerme.
Lamentablemente, en la facultad vivímos muy de cerca el que alguien que estaba de pronto dejó de estar. Y en la tristeza cruda de aquellos días me consolaba el saber que aquella persona había aprovechado su vida muchísimo, exprimiéndola a tope en todas las facetas.
Por eso estoy tan contento de que al final el año pasado decidiera irme a Polska; hay experiencias que no debes dejar pasar, porque no sabes que te pasará mañana. Y por esto también ayer me lancé y el martes tengo una cita :)
Muaca!
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