Hoy es uno de esos días que escribo en el blog porque estoy cabreada, o más bien, de mala leche generalizada.
El motivo de mi antipatía y falta total de motivación no es otro que la radio: ¿alguien conoce alguna Ley de Murphy que diga que cuando estés de mala leche, melancólico, triste, ..., siempre te aparecerá en la radio alguna canción que acompañe tu sentimiento e incluso lo acrecente?
Debería existir, porque a mí siempre me pasa. Imagino que una está predispuesta a lo que va a pasar, a que va a salir esa puñetera canción y, diga lo que diga, te va a parecer que habla de ti. Pero aún así, me molesta. Y mucho.
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Si realmente no es culpa de la canción. La canción me gusta, pero me hace pensar demasiado. Ahí esta el problema, PENSAR. ------>¿Alguien conoce alguna Ley de Murphy que diga que si haces algo te arrepentirás de hacerlo y si no lo haces, de no haberlo hecho?
Corolario: no quiero pensar.
A casi todos mis lectores: a disfrutar de las Fallas!!!!!!!!!! Cabronessss!!!!!!!!
Todos tenemos un secreto guardado bajo llave en el ático del alma. ("Marina", Carlos Ruiz Zafón).
martes, 16 de marzo de 2010
domingo, 7 de marzo de 2010
books &music
Este post no es la publicidad de ninguna nueva tienda de música y libros, no. Este post es una copia del de mi amigo Saül, que de vez en cuando acostumbra a darnos sus consejos literarios y musicales, aunque en este caso yo voy a dar consejos conjuntos, es decir: qué música escuchar con qué libro.
Sí, es así de raro, pero apuesto a que si me leyese un mismo libro dos veces, escuchando de fondo un disco diferente, de artistas diferentes, mi percepción del libro cambiaría. Es como en las películas, la música dice mucho de lo que está sucediendo. Siempre he pensado que molaría mucho que un escritor nos recomendase qué música cree él que le va bien a su libro, esa música que le da banda sonora. Yo voy a recomendaros mis experiencias particulares musico-literarias:
Libro: Saber Perder. David Trueba. Música: Maroon 5, último disco (It won't be soon befor long-2007).
Esta combinación ha conseguido que cada vez que escucho una canción de este disco, me vengan a la mente momentos de los protagonistas del libro, en concreto las vivencias de dos de ellos. Las canciones más movidas de este disco le dan garra a cada una de las atrevidas decisiones de una chica de 16 años que lucha por crecer y madurar.
Libro: El guardián entre el centeno. J.D. Salinger Música: Marea, toda su discografía.
Supongo que esta combinación surgió mientras comenzaba a leer el libro: la actitud altiva, protestona e inconformista del protagonista me pedía a gritos aderezarla con la música no menos reivindicativa de Marea, que siempre tiene ese punto rebelde. Cualquiera que haya leído esta obra maestra sabrá perfectamente que esa palabra define bastante bien a su protagonista.
Tengo un par de ellas más en las que me ha gustado la combinación libro+música, pero debo plantearme si los libros merecen realmente la pena ser leídos...ampliaré si es así.
Si alguien prueba alguna de las combinaciones, o puede proponerme alguna otra...lo probaré encantada!!
Dejo una foto de este finde, para darle color al post:
Sí, es así de raro, pero apuesto a que si me leyese un mismo libro dos veces, escuchando de fondo un disco diferente, de artistas diferentes, mi percepción del libro cambiaría. Es como en las películas, la música dice mucho de lo que está sucediendo. Siempre he pensado que molaría mucho que un escritor nos recomendase qué música cree él que le va bien a su libro, esa música que le da banda sonora. Yo voy a recomendaros mis experiencias particulares musico-literarias:
Libro: Saber Perder. David Trueba. Música: Maroon 5, último disco (It won't be soon befor long-2007).
Esta combinación ha conseguido que cada vez que escucho una canción de este disco, me vengan a la mente momentos de los protagonistas del libro, en concreto las vivencias de dos de ellos. Las canciones más movidas de este disco le dan garra a cada una de las atrevidas decisiones de una chica de 16 años que lucha por crecer y madurar.
Libro: El guardián entre el centeno. J.D. Salinger Música: Marea, toda su discografía.
Supongo que esta combinación surgió mientras comenzaba a leer el libro: la actitud altiva, protestona e inconformista del protagonista me pedía a gritos aderezarla con la música no menos reivindicativa de Marea, que siempre tiene ese punto rebelde. Cualquiera que haya leído esta obra maestra sabrá perfectamente que esa palabra define bastante bien a su protagonista.
Tengo un par de ellas más en las que me ha gustado la combinación libro+música, pero debo plantearme si los libros merecen realmente la pena ser leídos...ampliaré si es así.
Si alguien prueba alguna de las combinaciones, o puede proponerme alguna otra...lo probaré encantada!!
Dejo una foto de este finde, para darle color al post:
lunes, 1 de marzo de 2010
Que me quiten lo bailao!
Da igual que anoche salieses de marcha y no bebieses. No vas tú sólo por la carretera, así que vete a saber qué puede pasar.
Te puedes pasar la vida con alguien, y cuando de repente, algo cambia y todo se tuerce. Alguien en quien confiabas se convierte en una persona extraña, ajena a tu vida, incluso antagónica a la que fue.
Qué más da que durante años hayas cuidado tu alimentación, te puede dar un virus de estómago y pasarte el día visitando el trono.
Y qué decir del tabaco, el alcohol, las drogas...reduces posibilidades, pero no las eliminas.
Igual será mejor no salir de casa, no comer, no beber, incluso no dormir, porque como venga un temporal te tira la casa y ahí te quedas, en el sitio.
Cada día somos carne de cañón. Después de leer todo lo que he puesto, pueden suceder varias cosas:
a. Te hagas monja/monje de clausura y decidas preservar tu vida dentro de las cuatro paredes de tu celda. En este caso, comprueba que la estructura es resistente y que no estás en una zona tropical frecuentada por huracanes.
b. Que decidas vivir a todo tren y consumas de todos, te cuides lo mínimo o nada, y pases cada día como si no hubiese mañana. Así al menos tendrás claro que queda poco para ese día en el que realmente no habrá mañana.
c. Que tomes como lema el del título. Que si pasa algo, las cosas cambian (a mejor o a peor), que siempre tengas una excusa para ti mismo, una justificación mágica con un peso aplastante, capaz de acallar la decepción más grande, QUE ME QUITEN LO BAILAO.
Creo que me regiré por este último: lo de la clausura no me va y la abstinencia tampoco, y en el caso b. moriría antes de pobreza que de intoxicación y/o enfermedad asociada, y no me apetece.
No quiero que esto sea un llanto,ni un decálogo para reprimidos. Tampoco es un canto a la vida loca y el desenfreno. Es más bien una llamada de atención a la realidad, y si alguien lo quiere ver así, una aceptación pública por mi parte de que algo parecido al destino debe existir. Los últimos hechos demuestran por sí solos que no todos nuestros actos definen el camino que nos toca vivir, algo de aleatoriedad hay. Así que a partir de ahora, cuando algo salga mal, espero tener mi argumento listo...
Te puedes pasar la vida con alguien, y cuando de repente, algo cambia y todo se tuerce. Alguien en quien confiabas se convierte en una persona extraña, ajena a tu vida, incluso antagónica a la que fue.
Qué más da que durante años hayas cuidado tu alimentación, te puede dar un virus de estómago y pasarte el día visitando el trono.
Y qué decir del tabaco, el alcohol, las drogas...reduces posibilidades, pero no las eliminas.
Igual será mejor no salir de casa, no comer, no beber, incluso no dormir, porque como venga un temporal te tira la casa y ahí te quedas, en el sitio.
Cada día somos carne de cañón. Después de leer todo lo que he puesto, pueden suceder varias cosas:
a. Te hagas monja/monje de clausura y decidas preservar tu vida dentro de las cuatro paredes de tu celda. En este caso, comprueba que la estructura es resistente y que no estás en una zona tropical frecuentada por huracanes.
b. Que decidas vivir a todo tren y consumas de todos, te cuides lo mínimo o nada, y pases cada día como si no hubiese mañana. Así al menos tendrás claro que queda poco para ese día en el que realmente no habrá mañana.
c. Que tomes como lema el del título. Que si pasa algo, las cosas cambian (a mejor o a peor), que siempre tengas una excusa para ti mismo, una justificación mágica con un peso aplastante, capaz de acallar la decepción más grande, QUE ME QUITEN LO BAILAO.
Creo que me regiré por este último: lo de la clausura no me va y la abstinencia tampoco, y en el caso b. moriría antes de pobreza que de intoxicación y/o enfermedad asociada, y no me apetece.
No quiero que esto sea un llanto,ni un decálogo para reprimidos. Tampoco es un canto a la vida loca y el desenfreno. Es más bien una llamada de atención a la realidad, y si alguien lo quiere ver así, una aceptación pública por mi parte de que algo parecido al destino debe existir. Los últimos hechos demuestran por sí solos que no todos nuestros actos definen el camino que nos toca vivir, algo de aleatoriedad hay. Así que a partir de ahora, cuando algo salga mal, espero tener mi argumento listo...
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