Si te paras un par de segundos a pensar, seguro que se te pasan por la cabeza varios tipos de llaves que conocemos. Lo normal es que en primer lugar hayamos pensado en ese manojo de llaves que crece con los años: empezamos con las llaves de casa, del piso de estudiantes, del coche o moto, del trabajo, del piso del novio o novia si hay mucha suerte (o poca, según se mire), del trastero, de la plaza de garaje...
Por otro lado, tenemos las llaves que forman parte del set de herramientas: llave inglesa, llave fija, llave Allen (esto ya requiere un nivel de experto, pues hay llaves Allen según sistema internacional, otras según pulgadas...). En este conjunto, no debemos olvidar la llave de rueda, importantísima en todo coche...aunque hay quien prefiere conocer el teléfono de la grúa, que para el caso, si no sabes cambiar la rueda, de poco te va a servir tener la llave correspondiente.
Por otro lado, están las llaves en artes marciales, que pueden dejarle a uno la espaldaalgo perjudicada. Al igual que las anteriores, son llaves que bien usadas pueden hacer mucho daño, pero particularmente hay otras llaves que me preocupan más, y es cuando alguien te dice que tienes la llave de su corazón: ¿eso qué significa? ¿Qué puedes entrar y salir cada vez que te de la gana? O tal vez, ¿que puedo usarla con fines dañinos y/o violentos? En cualquier caso, me temo que no es nada bueno. Así que mejor mirar bien a quien le da uno la llave de su corazón, no sea que se rompa la cerradura y ya no se la puedas dar a nadie más.